lunes, 9 de agosto de 2010

RELATO:Anochecer en las aldeas de Serón (Almeria)

Todos los veranos eran especiales para los niños de los años sesenta en Serón, porque era el tiempo de la siega.Para un niño a la edad que cambia los dientes el mundo se transforma con lo nuevo que vive cada año, su fantasía no iba más allá de ver ponerse el sol por aquellas agrestes montañas de la sierra; pero sobre todo versalir el sol con aquella luminaria, traspasando los montes poco a poco, era el más bonito de los espectaculos del mundo, de un mundo imaginario.Cuando el sol se ponia por la Cerrá del Valle, todo parecia misterioso, ver anochecer con aquel resplandor rojizo que quedaba sobre el cielo tras el último candilazo del astro luminoso, parecia una novedad del invierno cada tarde.Ver como poco a poco se hacia la obscuridad hasta que desaparecia por completo toda la luz era toda una espectativa.Aquellos cantos de los pájaros entre los zarzales, el ruido de algún animal de carga por el camino de trierra,aquellas pequeñas luces que se encendian en las aldeas, las luces de los coches que pasaban por la carretera, pero la mayor atracción era cuando veimos pasar una bicicleta con su luz encendida, con aquellas dinamos pegadas a la cubierta de la rueda delantera.

Córdoba, mueve de agosto de 2010 Escrito por José Francisco Garcia.

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