viernes, 13 de agosto de 2010

A SERON, CON AMOR

Serón está colgado bajo las nubes que descienden
en el alto Valle del Almanzora,bajando de la Sierra de los Filábres
que como una esponja empapan los pinos
como si bajaran al bosque buscando la húmeda tierra.

Empinado sobre un montículo
se alza la torre medieval del castillo
como una lucerna romana
que alumbra el alto valle.

Desde allí se extienden
las laderas de la sierra
como una efigie labrada
en una moneda nueva.

Desde allí la vista se extiende
a la Sierra de Alcóntar,
a los llanos del Híjate,
a las aldeas de Huélago, y Las Hilarias.

Toda la vega como una fotografía amanece
bajo una luz prodigiosa
elevada esta en la montaña
descendiendo a las huertas, junto al río.

La campana del reloj,
fiel al toque de las horas,
fiel al paisaje,
fiel a la idiosincrasia del pueblo.

La Plaza del Ayuntamiento ferviente,
coronada por una fuente plena y gozosa,
exaltada por unos caños dorados por donde sale
toda la fantasía que viene por la cañería del cerro.

La campana de la iglesia sobre una torre histórica
se asoma a la Alconacia y al molino viejo
donde duerme impertérrito el sudor de los arrieros
y la historia profunda del pueblo.

La carretera hacía la sierra
como un silbo apacible
se extiende suavemente
con uniformidad sobre las laderas.

La Plaza de "Arriba"
sobria y elegante
como una poesía
ilumina el pueblo con su fantasía.

Córdoba, 13 de Agosto de 2010. Escrito por José Francisco Garcia.

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